Mitología de Ciber y Cosmos, se reinventan las leyendas Pokémon en Vahla

Arceus creó a una criatura de color rosada que en el futuro los humanos llamarían Mew.
Tenía una genética especial. Una genética única. Dejó que Mew poblase por su cuenta el planeta de Vahla mientras pensaba en una nueva solución para la escasez de vida en el mismo.

Ideó que quería hacer a un nuevo ser. Lo que desconocía es que se acercaba al planeta una nave alienígena.
Se detuvo en mitad de la creación del ser y al ver la nave espacial creyó que sus creadores habían regresado, quién sabe si era para ayudarle.

Sin embargo, en cuanto la nave espacial se acercó de inmediato comenzó a atacar al planeta recién despertado.
La criatura llamada Mew pudo sobrevivr el ataque de la artillería de plasma y energía de esa nave espacial, pero el planeta quedó hecho un desastre. ¿Por qué? ¿Son mis creadores o son otros seres? ¿Por qué están haciendo esto? ¿Que quieren conseguir? Estas preguntas rondaron de forma constante la mente de Arceus.

Sin embargo, Arceus sabía que esa nave no pertenecía a sus creadores. Pertenecía a sus enemigos.
En los datos que habitaban su mente, sabía que habían una raza maligna a la que le gustaba causar caos y dolor por todo el universo, creando un imperio sangriento y muy conflictivo, ansioso de poder. Al parecer, buscaban la fuente de energía suprema y Arceus dedujo que él era esa fuente de energía, que emanó de tal forma al nacer y al crear a Mew, que se extendió por todo el espacio.

La nave espacial enemiga atacó esta vez a Arceus, con la mala suerte de haber impactado sobre la criatura que estaba creando. Salió un ser deforme, sin acabar, que sin embargo podía hacerse invisible y aparecer y desaparecer como le viniese en gana. Sin embargo, alteraba la gravedad y el espacio a su alrededor, por alguna extraña razón.

Arceus, enfadado por la mala acción de ese cruel imperio alienígena, se cargó de rabia y fuerza y cargó una especie de aura sobre su cuerpo para después lanzarla desde el mismo a modo de rayo gigante, que disparó sobre la nave espacial sin remisión. Ésta sufrió graves daños y tuvo que darse por vencido. Por suerte, Arceus con el ataque produjo serios daños en la base de datos de la nave, así que en mucho tiempo no volvería a ver a dicho imperio ya que tardarián bastante en volver a encontrar el planeta.

Buscó al Pokémon recién creado y malformado para terminar su creación, pero el ser había desaparecido. Sin embargo, por mucho que lo llamase e intentase dar con él, había desaparecido sin dejar rastro. En el futuro, ese Pokémon se llamaría MissigN0.

Ahora, Arceus pensó que la mejor forma de crear vida rápidamente sería emplear, como en un principio había planeado, a Mew para crear más especies distintas. Empleó de nueva una gran energía junto a la de Mew y así aparecieron dos nuevos huevos de un curioso aspecto.

Arceus planeó darle más forma aún si cabe al planeta. Primero pensó en que en el planeta tenía que pasar el tiempo y que el espacio a su alrededor estuviese en armonía con el mismo planeta. Manipulo con su poder los huevos en su interior y muy pronto nacieron unas enormes criaturas que más tarde los humanos llamarían Dialga y Palkia. Dialga viviría para controlar el tiempo del planeta y sería inmortal, mientras que Palkia viviría para controlar y vigilar el espacio del planeta y de su alrededor y también sería inmortal.

Sin embargo, aún quedaban restos de la mala energía propiciada por la nave alienígena al atacar a Arceus, y con el nacimiento de ambos huevos especiales salió de entre ellos una nueva criatura, a la que se llamaría Giratina en el futuro por los humanos. Esta criatura renegaba de sus orígenes e intentó atacar a sus "hermanos", pero Arceus, inquieto por su aparición, tuvo piedad de él y le creó, gracias también al poder de Dialga y Palkia, un mundo exclusivamente para él dónde podría vivir sin tener ningún tipo de contacto con el mundo original. Giratina sin embargo, aceptó la oferta a pesar de su comportamiento salvaje y hostil, y allí fue encerrado de por vida, en el Mundo Distorsión.

Así fue como Arceus hizo más propicia aún la vida del Planeta de Vahla, creando el tiempo y el espacio.
Cuando llegó al planeta, extrañamente no parecía que corriese el tiempo en él. Era un planeta totalmente desde cero. ¿Sería posible también que sus creadores hubiesen creado en un primer momento el planeta para él...?